diciembre 08, 2015

Reciclaje pre y post consumo.

Reciclaje pre-consumo. El residuo se utiliza dentro del mismo sistema de producción.

Reciclaje post-consumo. El residuo es integrado a un sistema de producción diferente al original.

5 fases del Ciclo de Vida

1. Pre- Producción

Con esta fase se inicia el Ciclo de Vida de un producto, lo primero que se debe considerar en esta fase es la elección y planificación de la materia prima y el tipo de energía, así como todos los recursos que se utilizaran durante su trans­formación. En un producto. Esta fase consta de:

  • La adquisición de la materia prima
  • El desplazamiento de la materia prima al lugar de transformación
  • La transformación de la materia prima y la energía
La materia prima y la energía, son recursos que se dividen en dos tipos:
  • Primarios o vírgenes. Debido a que son extraídos o explotados directamente de la naturaleza. A su vez se dividen en: renovables y no renovables.
  • Secundarios o reciclados. Son residuos recuperados de un proceso de producción y se utilizan como recursos o materia de prima en otro. Se dividen en: pre-consumo y post-consumo. 

 2. Producción

Una vez que la materia prima es transportada al lugar donde será transformada, comienza la segunda etapa, en la cual obtendremos todos los componentes que conformaran el pro­ducto final, incluyendo su acabado o terminado. 

En los materiales utilizados para la fabricación, tenemos dos tipos los cuales son: materiales directos e indirectos, los primeros se refieren a todos aquellos que forman parte del producto en sí; en tanto los indirectos son los materiales o recursos que son integrados a los equi­pos necesarios para su producción, como agua, energía, entre otros.

En esta fase podemos mencionar tres puntos generales, los cuales son:

  • La transformación de la materia prima
  • El ensamble
  • Los acabados
Actividades y pasos que se encuentran implicados en esta fase o etapa son: la investigación, desarrollo, diseño, verificación y gestión del proceso productivo. 


3. Distribución

Esta etapa se caracteriza por tres puntos fundamentales:

  • El embalaje o empaque
  • El transporte del producto
  • Almacenaje
Cuando el producto está terminado, se embala o empaca para ser transportado al centro de distribución, donde a su vez se pondrá a disposición del usuario final, cliente o consumidor. Debemos tener en cuenta que el transporte puede realizar­se por medio de tren, camión, barco, avión, etcétera; estos a su vez consumen energía y por supuesto generan desechos que impactan el medioambiente. Por otro lado, cada medio de transporte poseen una capacidad volumétrica, que se debe calcular para optimizar el tamaño de las piezas para transportarlas.

Por ejemplo, si debido a una mala planeación tenemos un envase o embalaje más grande o el número de piezas es superior al que deberían caber en una camioneta, se desata una cadena, donde el peso aumenta, por consecuencia el consumo de combustible, las emisio­nes generadas también y así sucesivamente.

 

4. Uso

El uso se refiere al periodo de tiempo en el cual será utilizado el producto y está determinado por el tipo y naturaleza del mismo, es decir un alimento tiene un empleo inmediato, mientras que un auto o un televisor abarcan un tiempo o periodo mayor, también es necesario considerar la demanda de recursos materiales y energía durante su funcionamiento y la gene­ración de desechos y residuos. 

En el caso de productos con periodo de utilización prolongado, deben considerarse, revisiones, reparaciones, mantenimiento, durante su vida útil, ya sea por mantenimiento o por cambio o remplazo de com­ponentes obsoletos.

Dos puntos a considerarse en esta etapa son:

  • El consumo o uso
  • El servicio, revisión o reparación

5. Disposición

Esta última etapa se refiere a la manera como se manejaran los residuos o de­sechos que generó durante toda su vida útil el producto y se debe considerar lo siguiente:

  • Podemos recuperar la función del producto o de algún componente
  • Podemos reutilizar la materia o energía que conformaron el producto
  • No se puede recuperar ni utilizar nada
En el caso de que podamos recuperar la función de algún componente, este puede reusarse para que cumpla la misma función o alguna otra. Por ejemplo, al término de la vida útil de un automóvil, se recuperan los acumuladores, que serán utilizados con el mismo objetivo. Los neumáticos se transforman en molduras o tapetes para un auto nuevo. Cuando no hay manera de recuperar componentes, de un producto. Tenemos tres opciones, incinerarlo, degradarlo o reciclarlo. 

Referencias:
 

MANZINI, Enzio, VEZZOLI, Carlo. Design per la Sostenibilità Ambientale. 1ª ed.
Bologna: Zanichelli, 2007.

noviembre 12, 2015

Ciclo de Vida

Cuando hablamos del ciclo de vida en los seres humanos, nos referimos a una temporalidad que abarca desde la concepción hasta la muerte; en un sistema de producción, este ciclo representa el flujo de materia, energía y emisiones, resultantes de la fabricación, construcción o elaboración de un objeto o producto; partiendo desde su nacimiento, hasta la disposición final. Dentro de la mercadotecnia existe un concepto similar llamado ciclo de vida de un producto, el cual es una herramienta utilizada para medir las ventas de éste, desde su inserción, permanencia, hasta su decrecimiento en el mercado. No se debe confundir uno concepto con el otro.

En el ciclo de vida de cualquier proceso productivo, contamos con entradas (input) y salidas (output). La entradas (input) se refieren a todos y cada uno de los recursos utilizados, ya sean materias primas, agua o energía. Las salidas (output), son los efectos dañinos o impacto ambiental, resultado de nuestro proceso de extracción e industrialización, tales como: gases o contaminación atmosférica, contaminación de agua, daño de la capa de ozono o acidificación de los suelos.
 

En el Ciclo de Vida de un producto, es decir desde el nacimiento hasta su muerte, existen cinco fases principales a considerar, las cuales son:

• Pre-producción. 

• Producción. 
• Distribución. 
• Uso. 
• Disposición. 


Referencias:
 

MANZINI, Enzio, VEZZOLI, Carlo. Design per la Sostenibilità Ambientale. 1ª ed.
Bologna: Zanichelli, 2007.

noviembre 03, 2015

Rojo, verde y azul. Diseño de envase sustentable

 Envases de poliestireno expandido. Generan problemas de contaminación y manejo de residuos. Elaborados a base de un recurso no renovable.
Botellas biodegradables. Aumentan la demanda de maíz o caña. Encarecen los productos alimenticios, haciéndolos inaccesibles para grupos desfavorecidos.


Envases fabricados de membranas. Emulan a la naturaleza. Los residuos de un proceso son el combustible de otro nuevo.


octubre 31, 2015

El salario de toda una vida en un sólo pago. Definiendo lo sustentable

Existen cerca de 80 definiciones sobre el concepto sustentable, esto nos indica lo trascendental del término. También sobre el interés que presentan diversos campos del conocimiento, en estudiarlo e investigarlo, aportando con ello peculiaridades, visiones, conocimiento y transdisciplina. Tales enfoques son: medioambiental, económico, político, filosófico, religiosos, urbanista, arquitectónico, de la comunicación, entre otros.

Pese a que existe todo un universo de definiciones, por el momento nos centraremos en la que se generó a partir del informe de la Comisión Mundial de las Naciones Unidas para el Medioambiente y el Desarrollo. En este reporte aparece la siguiente definición: «El desarrollo sustentable es aquel […] que satisface las necesidades actuales sin comprometer los recursos de las futuras generaciones para satisfacer las propias»[1]. La anterior definición es la primera de carácter oficial u oficialista, ya que Brundtland hace hegemónica la concepción del ambientalismo moderado, desde organizaciones, gobiernos, empresas y población en general. «Su aceptación universal no supuso la desaparición de diferentes intereses e interpretaciones, pero puso a todos bajo el mismo techo»[2].

Por otro lado, tenemos el modelo de las tres dimensiones, que fue propuesto después de la Cumbre de la Tierra, y este se integra por la dimensión social, la económica y la medioambiental, cada una representada gráficamente por círculos interceptados. Después del tiempo se ha integrado una cuarta dimensión o pilar que dependiendo de la ideología puede ser, el factor cultural o político. Algunos otros modelos son: el del triángulo, donde la sustentabilidad se encuentra en medio. El modelo alemán de los tres pilares, donde las dimensiones forman un edificio y el techo representa la sustentabilidad. El modelo de las vayas protectoras, etc. Independiente a las generalidades o particularidades de los modelos o las definiciones, es importante conocer lo fundamental del concepto, conseguir un equilibrio entre los recursos que se utilizan y los que se pueden regenerar al mismo tiempo, para evitar una crisis futura.


Antes de seguir analicemos la definición oficial. Tenemos entonces que según la Organización de las Naciones Unidas, el desarrollo sustentable es aquel que cubre las necesidades actuales sin comprometer los recursos de las futuras generaciones. “Necesidades”, hace falta ser específicos y cautelosos sobre esta palabra clave. No todos los países, culturas, grupos étnicos, personas, empresas o instituciones, poseen las mismas necesidades, sería prudente, realizar un esquema comparativo entre las que posee un gran productor como lo es China y un gran consumista como los Estados Unidos, contrastado con un emergente como México. 

¿Todos contamos con los mismos recursos y mecanismos para cubrir dichas necesidades? La versión oficial quiso congeniar o reconciliar conceptos tan contradictorios como los son la economía o el desarrollo económico y el medioambiente, homologando o aplicando la misma medida a todos los actores, de tal suerte que se dejó de lado lo singular y complejo que resulta para cada uno aplicar el concepto de lo sustentable.

Un senador, un gerente de banco y un docente, sin duda no ganan lo mismo. Se pueden imaginar recibir el sueldo de toda una vida de una sola vez y pretender que trabajen arduamente, sin gastar más de lo que necesitan, con el objetivo de que sus nietos puedan disfrutar de ese capital. Con esta analogía, proponemos una mejora a la definición, teniendo como eje fundamental un estado continuo. La sustentabilidad permite que el ser humano se desarrolle, sin tener la necesidad de disponer más recursos naturales, de los que pueda recuperar o regenerar, al mismo tiempo que satisface sus propias necesidades, esto, garantiza que las futuras generaciones tendrán, sin duda, suficientes recursos, los cuales dispondrán de igual forma.

Referencias: 


 [1]Brundtland, Gro Harlem. Nuestro futuro común, Reporte de la Comisión Mundial de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo. Reino Unido 1987  

[2] Foaladori, Guillermo y Pierre, Nina. ¿Sustentabilidad?. Desacuerdos sobre el desarrollo sustentable. México. 2005. p.66

octubre 23, 2015

Verde oscuro, claro o medio. Sustentabilidad y diseño.

Desde que los procesos de producción y de consumo cambiaron, crecieron las necesidades y la utilización o sobreexplotación de los recursos. Para 1713 Hans-Karl von Carlowitz escribía en su libro Silvicultura Económica, «no sacar más árboles de los que pueden crecer al mismo tiempo». Eran los inicios de la Revolución Industrial, pero se advertía ya la necesidad de un equilibrio.

Fue en 1987 que el tema apareció oficialmente en la agenda de Organización de las Naciones Unidas, a través de un reporte para la Comisión del Medioambiente y Desarrollo, que escribió, Gro Harlem Brundtland, en este se plantea la posibilidad de un crecimiento económico basado en la sustentabilidad, «cubriendo las necesidades del presente sin comprometer los recursos de las futuras generaciones» [1].

Desde entonces el tema ha estado en la palestra, en algunos casos sobredimensionando el tópico de lo medioambiental, con el afán de aparentar preocupación o compromiso por los recursos naturales o como estrategia de mercadotecnia para vender productos y mercancías, el llamado greenwashing.

El término se integra de dos conceptos “verde” (medioambiente) y “lavado” (para ocultar o disimular irregularidades). Se atribuye a Jay Westerveld, quien lo usó para describir la práctica de ciertos hoteles que animaban a reutilizar toallas “por el bien del medioambiente” cuando en realidad el resto de sus prácticas demostraban que les importaba muy poco. Greenwash, «es cualquier forma de marketing o relaciones públicas, que asocia a una corporación, organización política, religiosa o sin fines de lucro, a una actitud positiva con el medioambiente a través de un producto, servicio o práctica aparentemente sustentable»[2].

Es importante tomar en cuenta que para que un proyecto, una política, una empresa, una casa o cualquier otro sustantivo sea sustentable, se necesita cumplir con ciertos parámetros que estén en coherencia con la visión del concepto, conocer a conciencia y en extensión sus modelos y dimensiones, considerar que son tres los factores que intervienen en la configuración y ejecución de las políticas públicas e institucionales. El factor económico, el social y por supuesto el medioambiental, todos ellos en conjunto, están interrelacionados y su objetivo es mantener un equilibrio constante o permanente. «El ambientalismo moderado y los ecologistas privilegian el eje de la sustentabilidad económico-ecológica[…] la corriente humanística hace lo inverso y se centra en lo social»[3].

¿Y los diseñadores o comunicadores visuales, qué papel desempeñamos en este tema, acaso es privativo solo de los especialistas en la materia? Cada experto, por supuesto es la autoridad en su campo, pero en este caso el Desarrollo Sustentable tratándose de un modelo para el crecimiento de una nación y debido a que la praxis del diseño, como la de otras tantas disciplinas y ciencias, se ve reflejada en el PIB, es decir, contribuimos de manera directa con el desarrollo; entonces, tenemos el compromiso y la responsabilidad de tomar una postura activa respecto al tema de lo sustentable, «desde una perspectiva amplia, el diseño influye directamente en los patrones de producción y de consumo. Cualquier intento, desde el diseño que no satisfaga estrictamente las necesidades reales, podría propiciar un impacto social y ambiental devastador»[4].

Además de cuidar el insumo como el papel que se usa o el impacto ambiental y toxicidad de las tintas. Los mensajes significativos, efectivamente emitidos, estarán en tono de reflexión y análisis, en su significado, intensión y discurso. Un enfoque sesgado solo al insumo o materiales, es como poner atención al síntoma secundario y no atacar de raíz una enfermedad. Se necesita una visión global. Resulta a veces más caro el remedio que el mal por sí mismo, si el impacto del mensaje significativo, en el entorno social, es negativo, el hecho de exaltar que se han utilizado materiales reciclados o tintas de bajo impacto no mitiga de ninguna manera el costo.

Podemos abordar este gran concepto, principalmente desde nuestra fortaleza, la comunicación visual o gráfica. La creación de mensajes para generar un impacto en el usuario y por supuesto una respuesta que se vea traducida en una acción. Teorizar sobre esto resulta fácil, llevarlo a la acción, ya no lo es tanto y principalmente por desconocimiento o desinformación, que nos puede llevar al vértice del greenwash y caer.

El enfoque de la sustentabilidad en el diseño, tiene como premisa un cambio radical en los modos de consumo y producción a largo plazo, incluyendo la ética, prácticas y posturas que permitan la continuación de nuestra existencia y asegurar que haya suficientes recursos. Algunos especialistas consideran que la sustentabilidad es la parte fuerte o verde oscuro del diseño, «una visión analítica profunda en la que también aparecen ideas radicales»[5], pero se debe tomar en cuenta que además de este hay otros dos tonos más, de verde en el diseño, uno de ellos es el verde claro, «considera las cuestiones ambiéntales superficialmente y aprovecha las influencias comerciales»[6], a este se le conoce como Green Design; y el verde medio, fortalece la conciencia, busca un equilibrio con la industria, de manera que fomenta la responsabilidad social, en este se encuentra el Ecodiseño. «El desafío de crear un mundo sustentable ha pasado del idealismo a ser una necesidad y esta transición debe provenir también de una toma de conciencia en el campo del diseño»[7].

El diseño sustentable es una de la posibilidad; sin embargo, algunos especialistas encuentran en el eco diseño una respuesta más inmediata y concreta a la necesidad de combinar diseño y cuidado de los recursos naturales, y la decisión de apegarse a este, es por qué además de no ser superficial toca aspectos importantes y necesarios que lo ayudan a ser la herramienta idónea para alcanzar al diseño sustentable a largo plazo.

Empero, debido al modelo económico, la diferencia de las necesidades entre los países desarrollados y los emergentes, los hábitos de producción, de consumo y algunas políticas. El modelo de desarrollo sustentable presenta dificultades, contradicciones y algunas críticas, sobre todo por su visión antropocéntrica y la paradoja que representa el crecimiento económico frente a la sustentabilidad, aunado a esto el uso irracional del término que lo vuelve inflacionario, perdiendo sustancia. Por estas razones, debemos ser cautelosos y objetivos al investigar y dar conclusiones al respecto, ya que podemos ser objeto de cuestionamientos profundos, en torno a la factibilidad de la aplicación del concepto con todo y las implicaciones que resulten de ello.


Referencias:

[1] Brundtland, Gro Harlem. Nuestro futuro común, Reporte de la Comisión Mundial de las Naciones Unidas para el Medioambiente y el Desarrollo. Reino Unido. 1987

[2] The dictionary of sustainable managament. Greenwahs definition. En línea. Consultado en enero 2010. Disponible en: ‹http://www.sustainabilitydictionary.com/g/greenwashing.php
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[3] Foaladori, Guillermo y Pierre, Nina. ¿Sustentabilidad? Desacuerdos sobre el desarrollo sustentable. Mexico. 2005. p.53

[4] García Parra, Brenda. Ecodiseño. Nueva herramienta para la sustentabilidad. México 2008. p.25

[5] Ibídem. P.35

[6] Ídem.

[7] Margolin, Victor. Expansión o sustentabilidad, Dos modelos de desarrollo, en políticas de lo artificial. México. 2005.

octubre 16, 2015

Sustentar o sostener. Cuestión de terminología.

Si bien sostenible es la traducción al español del término sustainable development y el oficial para referirse a este concepto, que versa sobre cubrir las necesidades actuales sin comprometer los recursos de las futuras generaciones, encontramos en el uso diario y cotidiano que el término sustentable y sostenible se usan como sinónimos, es por ello pertinente hacer algunas precisiones al respecto.

Según la definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, sostener se refiere a: sustentar, mantener firme algo, defender una posición. Sufrir, tolerar. Prestar apoyo, dar auxilio o aliento. Dar a alguien lo necesario para su manutención. Mantener una conversación. Mantenerse sin caer. Entonces sostenible, se refiere a un sistema que puede mantenerse por sí mismo. En ese sentido, tenemos que sostenibilidad, es la capacidad de sostener un estado de equilibrio, con acciones decididas desde afuera.

Por otro lado, la definición del término sustentable dice: que puede sustentar o defender con razones. Esto nos lleva a la definición de sustentar: proveer a alguien del alimento necesario. Conservar algo en su ser o estado. Sostener algo para que no se caiga o se tuerza. Defender o sostener. Apoyar o basar. Siendo así, la definición de sustentabilidad sería: Capacidad de mantener un estado de equilibrio, con acciones decididas desde dentro, en forma autónoma. Tanto la sostenibilidad como la sustentabilidad, ambos términos, hacen referencia a la capacidad de generar un estado de equilibrio basado en acciones decididas. La diferencia es el epicentro desde donde se generan o provienen dichas acciones.

Por ejemplo, una casa funciona gracias al uso consciente de luz y teléfono, la gente que la habita, la cuida y conserva, le da mantenimiento de vez en vez, separan la basura y la dispone para que sea transportada a su destino final, hay normas y reglas, es decir el equilibrio que se genera, es gracias a todas las acciones de los habitantes de la casa. Sin embargo, si la autoridad local o federal comienza a tomar acciones sobre esta casa; límite de gasto de luz, horarios de suministro de agua, obligación de separación de basura identificada por color, es decir acciones tomadas por un tercero que no habita la casa, para generar un equilibrio. Aquí la sustancia de diferenciación, entre sustentabilidad y sostenibilidad.

En un macro escenario, un país emergente, representaría el papel de los habitantes de la casa, haciendo todo lo posible por generar un equilibrio. Las políticas medioambientales dictaminadas por organizaciones mundiales, jugarían el papel de este tercero que no habita la casa, implementando medidas para generar equilibrio. Sustentar o sostener, no solo es cuestión de terminología.

octubre 11, 2015

Economía roja, verde y azul. El color del nuevo paradigma

Sin duda, si hablamos de sustentabilidad o desarrollo sustentable, estamos comprometidos a tocar temas de economía o modelos económicos, en ese sentido este asunto pretende dar una visión general de los tres colores de la economía. Actualmente, estamos oscilando entre tres matices. Comenzaremos por describir, el modelo económico denominado, rojo. A todas luces ha sido este, objeto de críticas, reproches y análisis exhaustivos. Llevando a la conclusión, que se trata de un modelo poco equitativo, muy invasivo, que ha generado y propiciado modelos de consumo y producción excesivos, en pos de un “bienestar”, orillándonos a gastar más de lo que podemos ganar, en consecuencia, a una deuda interminable. “Una economía roja que toma prestado de la naturaleza, de la humanidad, de los bienes comunitarios, sin intención de saldar la deuda, tan solo de posponerla” (1).

En esta economía roja, el indicador de desarrollo, es el llamado producto interno bruto (PIB), que marca los niveles de producción de bienes y servicios, así como la competitividad de las empresas. Sin embargo, este indicador no incluye en su medición, el daño al medioambiente que causan las emisiones de gases a la atmósfera, ni el uso indiscriminado de recursos naturales no renovables o los salarios ínfimos de los trabajadores, mucho menos, la desigualdad social y económica. Tampoco toma en cuenta en sus indicadores, sencillas acciones que generan bienestar entre la población, como el trabajo voluntario. Contradictorio es que la violencia o el aumento de los crímenes en las megalópolis, puede influenciar de manera positiva y hacer crecer el PIB de una nación. “No tiene sentido una economía medida por el PIB, que aumenta cada vez que se produce un caza supersónico, una bomba atómica, un revólver; o que aumenta la renta per cápita, cada vez que las armas son usadas y disminuye el número de personas” (2). Vivimos en un ilusorio y falso estado de bienestar, pese a que el modelo económico actual ha comprobado que está en plena decadencia y nos ha conducido a la crisis actual, muchos se empeñen en defenderlo y perpetuarlo.

Del otro lado de la moneda, tenemos una estrategia denominada la economía verde, un intento de abordar el tema de la sustentabilidad, el cuidado de los recursos y la preservación del medioambiente, desde un enfoque mercadológico, superficial de apariencia o de alguien bien intencionado en el mejor de los casos; sin embargo, ha requerido que los productores inviertan más y los usuarios paguen más, entonces caemos en la cuenta que esta economía de lo verde resulta cara, aparatosa, llena de buenas intenciones, en algunos casos engaños, generando muy pocos o nulos resultados. Por ejemplo, el uso excesivo de agua y energía en el reciclaje del papel, el greenwashing o las falsas certificaciones.


¿Qué hace falta, entonces, para enfrentar este reto, sobre el cuidado de los recursos? Considero que una opción sería abordar el tema desde una perspectiva integral, es decir, no solo preocuparnos por la preservación, sino también de la regeneración y por supuesto la evolución. Es aquí donde aparece un concepto llamado, economía azul. A partir de la década de los ochenta, Gunter Pauli un ecónomo belga, comenzó a gestar un modelo de negocios, desde conjeturas éticas y científicas. Este modelo pretende la creación de capital social con respeto a los recursos naturales sin olvidar el aspecto económico. Pauli se dio cuenta de que los ecosistemas naturales presentaban una serie de interacciones productivas y evolutivas donde el desecho de unos, es el alimento de otros, entonces dedujo que si estos habían sobrevivido millones de años con esta dinámica, sería provechoso que los humanos emuláramos estos procesos. “La economía azul consiste en asegurar que los ecosistemas mantengan su trayectoria evolutiva de manera que todos podamos beneficiarnos del inagotable caudal de creatividad, adaptación y abundancia de la naturaleza” (3). La economía azul aspira a contribuir al diseño de un nuevo modelo económico que sea capaz no solo de responder a las necesidades de todos, sino también de convertir la escasez en suficiencia e incluso en abundancia; sin embargo, debemos ser cautelosos con este modelo y tener en consideración, que los ecosistemas, poseen una serie de complejas interacciones entre los organismos que lo componen, donde algunas de estas intrincadas interacciones no necesariamente son lo más justo, pero sí lo más beneficioso.

Referencias:

 
1. Pauli, Gunter. La economía azul, 10 años, 100 innovaciones, 100 millones de empleos. Ed. Matemas tus quets. España 2011. p. 21

2. Buarque, Cristovam. Los colores de la otra economía. [en línea] Fecha de consulta: Mayo 21 2013. Disponible en: < http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=78258>

3. Pauli. Op. cit; p. 2

El engaño verde

Para el final de la década de los años ochenta, La Organización de las Naciones Unidas hizo presente y publica su postura frente a lo que el...